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Emprender en el Mundo de la Moda

Emprender en el Mundo de la Moda

8 julio 2024

Constanza Soledad Rudi.

Abogada, Universidad Católica Argentina (C.P.A.C.F.).

La industria de la moda es considerada una de las más relevantes económicamente a nivel global. Ello así, resulta necesario instruir a los estudiantes y profesionales del sector, y lograr que posean herramientas jurídicas básicas, que les permitan desarrollarse. Los emprendedores saben, que se embarcan en un proceso que les será rentable económicamente, sólo a largo plazo. En este camino, es esencial crear un equipo con personas cuyas habilidades se complementen efectivamente, que sepan trabajar en conjunto y que puedan ver oportunidades donde otros sólo ven un seguro fracaso.

En nuestro rubro, emprender profesionalmente es una forma de soñar, pensar, proponer, trabajar y actuar que siente una obsesión por una oportunidad que se le presenta basada en una gran capacidad de liderazgo. Los emprendedores profesionales que llevan adelante proyectos propios se destacan por su imaginación, motivación, pasión, tenacidad y por sobre todo, visión. Saben que se embarcan en un proceso que les será rentable económicamente sólo a largo plazo. En este camino, es esencial crear un equipo con personas cuyas habilidades se complementen efectivamente, que sepan trabajar en conjunto y que puedan ver oportunidades donde otros sólo ven un seguro fracaso. A su vez, también hay que hallar y controlar los recursos necesarios que muchas veces se encuentran en manos de terceras personas, así como entender que un emprendimiento puede verse sumamente enriquecido con el recurso tan valioso de las redes sociales en esta era digital, donde todo pasa por allí, de lo contrario, pareciera que no existe.

Esto último también motivó mi análisis, dado que en mi experiencia, me encuentro con muchos emprendedores temerosos de mostrar su trabajo en las redes sociales ante la posible amenaza de un plagio. ¿Con qué facilidad un diseño queda expuesto en las redes sociales hoy en día? Vivimos en un mundo más que globalizado en donde no importa si nuestro diseño se encuentra protegido jurídicamente y en el que, gracias a las redes sociales, cualquier supuesto diseño único y original puede quedar expuesto y ser devastado en cuestión de segundos. ¿Será que las redes sociales se convirtieron en un aliado para los derechos de propiedad intelectual? ¿Y una amenaza para quienes plagian? o al revés, ¿será que las redes sociales son una amenaza a la creatividad, que sentimos que ya todo se encuentra inventado y se vuelve efímero en cuestión de segundos?

¿Qué sucede cuando la moda y las últimas tendencias tropiezan con el derecho? Hace no mucho tiempo, los grandes diseñadores de moda latinoamericanos tanto de prêt-à-porter como de alta costura, viajaban a Europa en busca de inspiración. Inspiración que, gracias a las fotografías o bocetos que habían hecho desde la primera fila de sus desfiles, luego replicaban en los diseños que se presentaban aquí.

Esta publicación que realizamos en conjunto con mis colegas y amigas pretende constituir una aproximación a tres puntos esenciales a tener en cuenta por todo emprendedor, a la hora de idear su proyecto: ¿Cómo emprender, y concebir su producto e imagen de marca? ¿Cómo proteger su nombre y creaciones? ¿Cómo publicitar luego dichos productos? Lo anterior, sin perder de vista las exigencias actuales, analizando la copia en la industria de la moda y la necesidad de tener o no derechos de propiedad intelectual para las prendas originales o creaciones únicas de la industria de la moda.

Tanto en la Industria de la Moda como en cualquier otra industria, ¿cuándo damos comienzo a nuestro proyecto? ¿Con una idea? ¿Con una oportunidad? ¿Con una inversión importante de dinero? ¿Con un sueño? Como emprendedora puedo permitirme sostener firmemente que no es suficiente una buena idea, o un sueño. Pueden existir distintos activadores del proceso creativo (desde ya que una inversión en dinero y una oportunidad son importantes) pero lo cierto es que detrás siempre debe haber una persona, o grupo de personas que crean y estén convencidas en el emprendimiento, y trabajen fuerte y sostenidamente en coordinar los objetivos.

El profesor Timmons creó un modelo y definió las llamadas “Driving Forces”, que consisten en fuerzas que orientan el proceso de emprender:

1. Oportunidad.

2. Equipo Emprendedor.

3. Recursos.

Una oportunidad genuina es mucho más importante que el talento del equipo, que los recursos disponibles o mismo que una idea. Una muy buena idea, pueda pasar al olvido sin ánimo de trabajo y perseverancia. Desde ya que las oportunidades no vienen solas, sino que aquella persona con “sed” emprendedora debe ser muy consciente y hábil en saber construir dicha oportunidad ante cualquier situación que pueda presentarse.

Estos son los factores que deben verse involucrados y ser controlados en el proceso para crear un proyecto que genere valor sustentable y dinámico. Se deben poder acomodar de manera tal que la relación riesgo-recompensa sea beneficiosa. Un buen emprendedor tiene ojo para distinguir un proyecto como oportunidad. Cuanto mayor es el margen de ganancia (tanto neto como bruto), mayor es la oportunidad. Cuanto más imperfecto sea el mercado, más grande es la oportunidad que se tiene. Es decir, cuanto mayor cantidad de incertidumbre, ambigüedad, caos, dudas, entre otros, hay en ese entorno, más oportunidades verdaderas se podrán encontrar.

El proceso de generación de valor tangible y observable comienza con la oportunidad, no con dinero, estrategia, equipo o cualquier otro recurso. Todo arranca con una oportunidad, que no necesariamente siempre es una buena idea. En este caso, es fundamental el rol del líder del emprendimiento, ya que es quién unirá estos elementos en un entorno en constantes cambios, ambiguo y lleno de riesgos.

Es muy frecuente creer que en un buen emprendimiento se requiere en primera medida de recursos (más específicamente, del recurso del dinero). Lo cierto es que no, el dinero debe seguir a la oportunidad, y no al revés. En la mayoría de los casos, es preferible contar con pocos recursos, para poder administrarlos mejor y no marearse, aprendiendo a seleccionar las oportunidades con criterio. El dinero es importante, y sin dudas, es necesario, pero no es el factor principal a tener en cuenta para la realización y consecución de un emprendimiento.

Ahora bien, indiscutible es el hecho que el factor personal es el más importante. Se requiere una persona o grupo de personas que en su conjunto funcionen en sintonía, que manejen las mismas aspiraciones e intereses para que el emprendimiento prospere. No existe un emprendimiento, sin pasión, sin esfuerzo o sin dedicación. El rol del líder es el principal dentro de un grupo de trabajo en equipo. Si bien se busca que todos manejen sus esfuerzos hacia un objetivo en común, es necesario que siempre exista una persona que sea capaz de dirigir y manejar.

Ya veremos más adelante, a medida que avancemos con el análisis de este escrito que, una vez que se toma la decisión de avanzar con el proyecto y se comprueba que las tres fuerzas que manejan el proceso emprendedor confluyen y conviven en equilibrio, será el momento de buscar asesoramiento jurídico para darle un marco legal a nuestro negocio y, por ende, una base adecuada para concretarlo. La atención de las cuestiones legales suele ser poco grata, pero es muy importante ya que un paso mal dado al comienzo puede acarrear conflictos en el futuro.

Para continuar con la lectura de este hermoso articulo visita la pagina en el siguiente link:

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-35232021001100170

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